Modelo Esperanza para salvar España
La señora de Cospedal es la más atrevida en anunciar a bombo y platillo su reducción del gasto, adoptando las contundentes medidas para salvar Castilla la Mancha. Tiene una idea inicial muy clara: bajar el sueldo a los funcionarios, el repago de recetas médicas y el aumento de horas a los maestros/as; y añade de forma sutil la retirada de becas para libros.
Es lo que se avecina, recortes que tendremos que sufragar los de siempre a costa de ir perdiendo paulatinamente un poder adquisitivo que tanto hemos luchado por mantener. Tendremos más de lo mismo: subidas de carburantes, subidas de impuestos indirectos y, sin tardar, dos puntos más en el IVA para alcanzar eso que llaman la media europea (20%), media que sólo utilizan cuando y para lo que les conviene.
Es curioso que se ceben en los dos pilares fundamentales del bienestar social a la hora de hacer los grandes ajustes. En la educación ya no queda lienzo, no se puede recortar más, no queda por donde coser. En los colegios aumentan las horas de recreo por falta de docentes, algunos alumnos aún no han abierto el libro de lengua por qué no hay profesor, pero lo peor de todo este entramado es que cada nueva Ley de educación deteriora más la figura del maestro/a.
La sanidad es el otro eje en que gira la salvación del país: unos están por el prepago; otros mantienen la idea de privatizar servicios, como si escurrir el bulto fuese la solución. Mientras tanto, las listas de esperas siguen engordando y los hospitales se ven obligados a cerrar plantas por falta de personal sanitario. Los proyectos de Centros de Día y Geriatría brillan por su ausencia en cada proyecto presupuestario que se revise, más allá de la interpretación que cada político le quiera otorgar. Asombra la forma sutil con que duerme la Ley de Dependencia, el cuarto pilar del estado de bienestar. Bien es cierto que nunca fue plato de buen gusto del Partido popular.
Espero que algún día llegue a gobernar este Gran País que es España un Partido que, ante cualquier crisis económica, empiece por combatir el fraude fiscal, la economía sumergida y la corrupción política; que investigue los paraísos fiscales; que exija a los empresarios la responsabilidad de ser empresarios y no empleadores; que logre que la banca esté sujeta a controles exhaustivos por parte del Banco de España; que impida que los chiringuitos autonómicos llamados Cajas de Ahorros puedan malgastar cantidades desproporcionadas en indemnizaciones, para con ello, acomodar sus familias de por vida. Revisar el estado de las autonomías y eliminar duplicidades nos ahorraría tres veces más que lo que puedan recortar en Sanidad y Educación.
Jesús Placido Iglesias Uz