LO ULTIMO QUE LE FALTABA AL GOBIERNO DE MELCHOR ERA NACIONALIZAR EL CASINO.
Es muy preocupante la alegría con que se toman los asuntos municipales sin realizar ningún tipo de estudio económico y sin evaluar las nefastas consecuencias económicas y sociales que las decisiones de un inconsciente alcalde suponen para el municipio.
A este Sr. ni le importa el municipio, ni sus vecinos, ni los socios del Casino, ni las deudas que se generen para los contribuyentes, ni nada de nada, lo único que quiere es montar más circos, cueste lo que cueste al ayuntamiento y tratar de utilizar a la actual directiva del Casino y a sus socios, como punta de lanza contra Portos de Galicia y contra muchos ciudadanos que no estamos de acuerdo con la solución de que sea el ayuntamiento quien con cargo a sus presupuestos se haga cargo del Casino y su personal se convierta en empleados municipales.
Antecedentes de nefastas gestiones tenemos en abundancia, así la crisis del Celeiriño que nos está suponiendo unos dos millones de euros a las arcas municipales, la gestión directa de la piscina que está ocasionando grandes pérdidas al municipio, que decir de los aparcamientos municipales embargados por la SGAE, único municipio de la provincia embargado, la modificación de los terrenos de la Residencia de la 3ª Edad, única y exclusivamente para regalarle unos terrenos públicos a un particular, la pérdida de las concesiones de la zona dotacional del Haley y Estación de Autobuses, que ha supuesto para el municipio pérdidas por más de tres millones de euros, etc etc.
Estas son algunas muestras de cómo Roel, ha gestionado los recursos municipales que unidos a una deuda generada de más de 7,5 millones de euros a proveedores (y eso que pagaban al contado) más 2,5 millones de euros con entidades crediticias, además de los numerosos contenciosos que se han perdido y que se están perdiendo por lo que la deuda generada en solo ocho años es espectacular y toda ella sin adquirir patrimonio ni realizar apenas obras con cargo a los ingresos municipales, pone de manifiesto la total incapacidad de Roel y su gobierno para gestionar el municipio.
Y ahora para mayor escarnio quiere hacerse cargo del Casino a cuenta de los erarios públicos, por el mero hecho de ver ahí una posibilidad para enfrentarse con Portos de Galicia.
Esta medida choca frontalmente con lo propuesto en el Plan de Ajuste en sus medidas de ingresos (aprobado por PSOE-BNG-IVI) donde se suprime la bonificación del 100% de IBI a la empresa Puerto Celeiro, junto con la supresión de otras bonifiaciones al objeto de aumentar los ingresos y asi cuadrar las cifras del Plan. Ahora, de repente, se le regalan los 6000 euros de IBI a una entidad privada y todo para utilizar a la directiva de esta entidad como punta de lanza para un nuevo enfrentamiento con Portos.
¿Realmente el Concello está tan necesitado de utilizar las instalaciones del Casino?, porque no hemos visto por ningún lado una programación detallada que asi lo justifique. No hace mucho, el Teniente-Alcalde el Sr. Fraga, quería cobrar una insignificante cantidad de IBI a la iglesia y ahora no tiene reparos en regalar 6000 euros al Casino ( esta es su doble vara de medir, la incongruencia más absoluta), mientras que tampoco dice nada con respecto al cobro de dicho impuesto a Puerto Celeiro ( tal y como refleja el Plan de ajuste), empresa que genera un gran número de puestos de trabajo y unos indudables beneficios económicos a nuestro pueblo (luego, eso sí, irán vociferando a las manifestaciones con el pretexto de salvar puestos de trabajo).
Se trata en definitiva de otra “Melchorada” que no conduce a nada, solo a dilapidar el dinero de todos los vecinos y vecinas de Viveiro, para satisfacer sus ansias de enfretamiento permanente contra todos aquelllos que no se pliegan a sus intenciones, pero que poco o nada tiene que ver con el interés general ni con las necesidades de nuestro pueblo.
Por otra parte es una falta de consideración el que ni siquiera los propios socios hayan tenido conocimiento previo de estas intenciones, lo que pone de manifiesto una total falta de delicadeza por parte del alcalde para todos ellos.