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Nuestro humilde tributo de recuerdo y homenaje a Pablo Neruda, en el 40 aniversario de su muerte

Eduardo Andrés Domínguez Vilar.- Gabriel García Márquez calificó a Pablo Neruda como “el poeta más importante del siglo XX en cualquier idioma”. El verdadero nombre del poeta, fue el de Ricardo Eliécer Neftalí; un nombre de marcadas reminiscencias judías. Neruda fue, amén de destacado escritor, un activista social, enamorado de la Paz y de los Derechos Humanos, y así lo vino demostrando a lo largo de su vida, lo mismo como poeta, diplomático, militante del Partido Comunista de Chile, al igual que durante su etapa vivida en el exilio.

A Pablo Neruda le galardonaron merecidamente en 1971 con el Premio Nobel de Literatura.
Este año de 213, se cumplió el 109 aniversario de su nacimiento, evento que aconteció un 12 de julio de 1904 en Parral. Y el día de hoy 23 de septiembre, se cumplen los 40 años de su muerte; de ahí que en esta fecha señalada, no hemos podido evadirnos de rendir nuestro humilde tributo de homenaje y recuerdo, a éste hombre y poeta, tan entrañablemente humano, y al igual que otros demócratas ejercientes convencidos, al rendir y tributar nuestro humilde homenaje a éste hombre de bien que fue Pablo Neruda; he decidido hacerlo, recogiendo algunas de las que hemos estimado, fueron algunas de sus mejores y más conocidas y recordadas frases. Y por ello, hoy, aquí y ahora, me he permitido citar esas diez frases, de tan ejemplar y singular hombre de bien y luchador infatigable por la Paz y por la Justicia Social que, sin lugar a dudas, fue Pablo Neruda. Y ahí van acto seguido, ese compendio del sentir del poeta, resumido en las diez frases aludidas:

“Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”.

“Los poetas odiamos el odio y hacemos guerra a la guerra”.

“Quien descubre el quién soy descubrirá el quién eres”.

“Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños”.

“¿Sufre más aquél qué espera siempre o aquél que nunca esperó a nadie?”.

“Amo tus pies porque anduvieron sobre la tierra y sobre el viento y sobre el agua, hasta que me encontraron”.

“Hay un cierto placer en la locura, que solo el loco conoce”.

“El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta”.

“Es tan corto el amor y tan largo el olvido”.

“Sucede que me canso de ser hombre”.

Obispo. Eduardo Andrés Domínguez Vilar

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