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Viveiro punto de encuentro

Desde hace una temporada hasta ahora, los vecinos de Viveiro, estamos apreciando un incremento masivo de personas, sin duda movidos por la necesidad, que se dedican a la mendicidad.

Da la sensación como si desde aquí se realizase un efecto llamada puesto que en ninguna ciudad ni villa de tamaño similar y de nuestro entorno, son receptoras de tantas personas ni de tan variadas nacionalidades.

Esta masiva concentración, deriva en disputas personales, por los lugares más concurridos, como son las iglesias y los supermercados, terminando en enfrentamientos que incluso acaban en peleas.

Por otra parte algunos vecinos pero sobre todo vecinas de Viveiro, se ven en ocasiones coaccionadas a satisfacer las demandas de algunas de estas personas, sobre todo a la entrada o salida de los centros comerciales. Lo que provoca situaciones tensas y desagradables que llegan incluso a coartar la libertad individual de aquellas personas que simple y llanamente van a realizar sus compras.

La mendicidad existió, existe y existirá, admitiéndose en su justa medida, pero nunca cuando constituye un estilo de vida o cuando se ampara en grupos o bandas que llegan a dar lugar a tramas organizadas que en ocasiones acaba en la explotación de terceras personas incluso menores.

Bajo ningún concepto pretenden estas frases generar ningún tipo de fobia a las personas que ejercen la mendicidad por necesidad, pero cuando esta práctica llega a ser abusiva, entiendo que debe de regularse y evitar que se convierta en una complicación para nuestra sociedad.

Las autoridades municipales se han dotado de mecanismos de regulación de estas situaciones, para ello existe la ORDENANZA MUNICIPAL DE POLICÍA Y BUEN GOBIERNO, (en vigor desde 1996 y actualizada en 2009), la cual en su Título Tercero, Capitulo II, establece en el Artículo 51. 1.- Con carácter general se prohíbe el ejercicio de la mendicidad pública dentro del término municipal.

2.- Los Agentes de la Autoridad impedirán la mendicidad pública y, si lo juzgasen conveniente y fuere factible, conducirán o facilitarán la conducción de quienes la practiquen al establecimiento adecuado, a fin de socorrer y ayudar en lo posible al necesitado.

Lo que nunca ha constituido un problema, puede llegar a serlo y después no valdrán las lamentaciones, las autoridades locales tienen la obligación y la responsabilidad de controlar esta situación de concentración y masificación de menesterosos en nuestro municipio y conocer su situación personal, a fin de adoptar las medidas que procedan en cada caso, pues tienen medios para ello.

Viveiro, 26 de octubre de 2013

César Aja Mariño

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