Site icon Crónica3.com A Mariña

Mensaje para esta Semana Santa en crisis de 2014

Agustín de Hipona escribió: “El madero en que están fijos los miembros del hombre que sufre refiriéndose a Jesús de Nazaret – es también la cátedra del Maestro que enseña.”

Y es mucho ciertamente, lo que aquel crucificado singular y único, puede enseñarnos hoy a nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI, precisamente en estos días en la que se vive una infame, injusta y degradante crisis económica que está ocasionando la ruina de hogares y familias, en aras de intereses egoístas inhumanos, que son los resultados inherentes de un capitalismo salvaje al servicio de la avaricia voraz y sin límites de unos pocos que, con sus riquezas multiplicadas y desmedidas, las cuales en modo alguno son el fruto de un trabajo horrado, sino más bien puede razonablemente presumirse que, son fruto de todo lo contrario; corrupciones y guerras de todo tipo, incluida la guerra “preventiva” y otras “lindezas” por el estilo, protagonizadas por democracias como la de la “made in Spain”, donde sus expresidentes además de cobrar unas pensiones que resultan ofensivas en un país con millones de parados, pues alcanzan unos 80.000 Euros, y que reciben junto con otras prerrogativas y beneficios para su comodidad, goce y disfrute personales, para colmo, tales expresidentes asesoran y participan en determinados consejos de empresas privadas, quienes les dan aun sueldos mucho mayores por ir a las sesiones de dichos consejos a dormir la siesta o a aburrirse. ¡Lamentable y vergonzoso, pero cierto!

Es por todo lo expuesto que estimo viene como anillo al dedo, de cara a aquellos que hoy, en plena crisis a todos los niveles, autoproclamándose cristianos públicamente, en lugar de seguir las enseñanzas del verdadero Jesús de Nazaret, el Maestro de Galilea que un día hace ya dos mil años pisó transitando los polvorientos caminos de su Palestina natal; es precisamente a estos cristianos de salón y no del camino del discipulado de Cristo, preocupados siempre en lo materialmente ostentoso que constituye ese alarde de ornamentos con lujosas joyas de incalculable valor material, con que vistes tallas de indudable arte, pero que sólo fomentan la tradición de un folclore estéril, pagano y de fuego fatuo, que nada tiene que ver con la verdadera practica del caminar por las sendas del discipulado cristiano, promoviendo la justicia social, la reconciliación, la paz y el perdón, como principal tarea de todo aquel que se precie de ser un seguidor de Cristo; es decir, ser realmente un verdadero cristiano. Pues bien, es tanto a esos cristianos y políticos con etiqueta de cristianos, de capirote, cirio y procesiones de ostentación de riqueza en metales preciosos y pedrería, a quienes deseo recordarles, en estos tiempos de crisis, aquello que dijo en su día, quien fuera Cardenal y Arzobispo de Sevilla, Don José Bueno Monreal, en una recordada conferencia por él pronunciada el 17 de marzo de 1969, en el Circulo Mercantil e Industrial de Sevilla, cuando textualmente y refiriéndose a la celebración de la Semana Santa española, pronunció las siguientes palabras: “¿Tienen algún sentido las manifestaciones procesionales que recorren nuestras calles, al parecer ajenas al mundo que les rodea?…¿Tenemos derecho a olvidarnos de los males del mundo actual para organizar actos esplendorosos?…Estas palabras del Cardenal Bueno Monreal, parecen cobrar una reciente y prístina frescura, a la luz y el contexto de las que recién acaba de pronunciar el nuevo Papa Francisco, durante la celebración de su primera misa como Papa ante los 114 cardenales electores, ante los cuales manifestó: “Si la Iglesia no proclama a Jesucristo nos convertiremos en una ONG”. Y personalmente mucho me temo de que ese alarde de ricas joyas, junto a la ostentación de los hábitos de tantos cofrades penitentes y de múltiples riquezas sin cuento, estén haciendo que multitud de fieles se parezcan más a activistas de ONGs de balcón con prácticas de mera caridad de cara a la galería, y no a ONG del camino que siempre ha sido inherente a los verdaderos discípulos de Jesucristo; de ahí que por ello, nos hemos permitido también, el traer a consideración las siguientes palabras del Papa Francisco: “…cuando caminamos sin la Cruz, cuando construimos sin la Cruz y cuando confesamos a Cristo sin la Cruz…no somos discípulos del Señor: somos mundanos; somos obispos, sacerdotes, cardenales, papas, pero no discípulos del Señor”. Ante tales palabras, por mi parte solamente me queda por añadir aquello de; “quien lea entienda.”

Y es un deber imperioso, el manifestar todo lo anterior, precisamente en la actual situación de crisis, y en medio de esta sociedad heredera de un pasado histórico, donde en el nombre sublime de éste crucificado que fue Jesús de Nazaret, se derramaron a lo largo de siglos, ríos de sangre inocente. Porque es muy cierto que, en el nombre de Jesús de Nazaret, llamado el Cristo, se han cometido las mayores barbaridades, y por eso precisamente, hay que volver al único que se proclamó salvador, redentor y Príncipe de Paz por derecho propio y sin intermediarios, y que enseñó muy claramente, que sólo él era la verdad en exclusiva: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi”. Él y solamente él, es ese camino de paz y verdad, cierto y seguro, y no ningún sistema religioso-clerical exclusivista, ni ninguno de los principales partidos políticos de alternancia en el poder, cuyos resultados en sus respectivos gobiernos, nos han traído este legado presente que estamos viviendo, que por más que nos lo presenten como inherente a un sistema democrático, no lo es, sino que digamos, es más bien propio de esta especie de “república patatera” que, de facto y por desgracia estamos viviendo, hoy, aquí y ahora en esta España, donde la verdadera democracia, de hecho fue secuestrada por la vigente partitocracia que existe, propiciada y fomentada por unas clases políticas concretas que están convirtiendo en inviable una democracia viva, real y genuina, como estamos a ver cada día. Por eso aun existe en la actualidad, una casta política que propicia la perpetuación del “vivan las caenas” junto con la España aun “amante de Frascuelo y de María”; la España del yo ordeno y mando, y que se identifica también con esa Patria propia y cavernaria de una religiosa elite, de cirio, capirote y procesión, a la que no le gusta nada que el pueblo casando y harto de tantas “legales” injusticias, corrupción, paro aberrante, insolidaridad a nivel de las instituciones estatales, pérdida de derechos a nivel ciudadano, desahucios promovidos por una banca beneficiaria de unos recates que a lo hora de la verdad pagamos todos; absolutamente todos, mientras los magnates de esa misma banca amasan aun mayores fortunas por obra y gracia de la actual crisis. Esa España ahora en crisis, es la que tienen ante si todos aquellos que se precien de ser seguidores y discípulos de aquel Jesús de Nazaret que hace dos mil años pisó los polvorientos caminos de Palestina, y la España citada, reluce también y sobresale con notoriedad llegadas las fechas de la Semana Santa, por eso ningún cristiano que intente y desee de verdad seguir a Cristo, puede quedarse callado ante el actual panorama, máxime especialmente llegadas estas señaladas fechas, cuando determinados políticos de derechas, centro, izquierdas o medio pensionistas, eso es lo de menos, se colocan su etiqueta de cristianito, democratacristiano, cristiano-liberal, y otros etc., para lucirla pública y ostentosamente en declaraciones ante los medios, mítines y en determinadas folclóricas procesiones retransmitidas por televisión. Pues bien, a tales políticos sin excepción; al igual que a los intereses que puedan representar, los cuales en múltiples ocasiones recordemos, no son los intereses reales de la inmensa mayoría de la ciudadanía; se les debería de recordar, algunas declaraciones del Papa Francisco, tales como por ejemplo las siguientes: “La dictadura de la economía no tiene rostro y carece de una verdadera meta humana”; o “El dinero tiene que servir, no gobernar”; y
“Mientras que el ingreso de una minoría está creciendo exponencialmente, el de la mayoría se está desplomando”. Esas son algunas de las frases que utilizó ya en mayo del pasado año el Papa Francisco, y todas ellas, pueden ser aplicadas como prendas confeccionadas a media a quienes tienen la responsabilidad de regir nuestro país, hoy, aquí y ahora.

Y que diremos ante informes sobre el aumento de la pobreza y el hambre en España, junto con el diagnóstico sumamente acertado de las causas que son las culpables, del avance de dicha pobreza y hambre; informe que dio a conocer en fechas recientes Cáritas Europea. El tratar o intentar desmentir o desvirtuar ese informe, tal y como se intentó hacer de forma un tanto estéril, incoherente y a la vez esperpéntica, por determinado político metido a ministro, es además de impresentable, digno de censura y denuncia pública, ya que estimo llegada la hora de que ningún ciudadano, y menos aún si ese ciudadano además profesa ser cristiano, puede quedar callado ante tal alarde olímpico de tanta santísima santa geta política. Pero por si no fuera poco el informe citado de Cáritas Europea, ya el pasado año otra ONG de reconocido prestigio internacional, como lo es sin duda la que en su día fundara un insigne cristiano protestante, Jean Henri Dunat en la ciudad de Ginebra, y que es la Cruz Roja Internacional, la misma en España, ya el pasado año 2013, con sus informes, venía a corroborar lo que Cáritas puso en evidencia al descubierto, sobre la caótica situación limite en nuestro país, donde Cruz Roja Española, ayudó ni más ni menos que a un 163 por ciento más de españoles que antes de la crisis que padecemos. Ante lo anterior, vemos con asombro como cada día salen a la palestra multitud de casos de corrupción y de corruptelas de todo tipo que surgen en las filas de partidos políticos que, están ubicados no en Alfa de Centauro, sino concretamente en este planeta llamado tierra, y aun más concretamente en esta sufrida piel de toro que es España. ¡Lamentable, pero cierto!

Y en tal sociedad en crisis, donde el semejante es desahuciado de su hogar y arrojado a la calle, junto con su esposa e hijos, sin el menor miramiento por parte de entidades bancarias practicantes de la más inmoral usura; algunas de las cuales para colmo han tenido que ser rescatadas; en una sociedad donde los individuos vienen perdiendo cada día derechos y servicios como el de la sanidad pública que, dígase lo que se diga de hecho están limitando y desmantelando, con mil y una disculpas baladíes de tipo económico, cuando el sistema sanitario español, además de ser uno de los mejores era también el más económico de toda la Unión Europea que lo único que precisaba era racionalizarlo para erradicar actuaciones fraudulentas de su seno, en lugar de dejarlo ineficaz, hasta el punto de que debido a ello, podemos ver gracias a los informes de los medios, esos nuevos fritos del sistema sanitario español, después de haber sido puesto el mismo bajo el mandato y supervisión de una persona totalmente inepta para ello, hasta el punto que no se percata de la presencia y existencia en su garaje del automóvil último modelo jaguar de su esposo, hecho que podía resultar cómico, de no ser que por desgracia, nos llegan noticias con más frecuencia de la debida de algunos fallecimientos, gracias a la administración y recortes aplicadas al sistema sanitario español, por ese tipo de políticas metidas para desgracia de los usuarios de la sanidad, a ministra inamovible del ramo. Ciertamente lamentable y bochornoso, pues de continuar por ese camino, podría llegar el momento de que se pretendiera que en lugar de usar el sistema sanitario, la tarjeta sanitaria sólo nos pudiera servir, no para ir al médico o un hospital, ni para seguir un tratamiento determinado que necesitáramos, sino que en lugar de ello, obligatoriamente pudiésemos emplearla para acudir a Lourdes en busca de salud y cura a nuestras dolencias y enfermedades.

Es posible y casi seguro que en los diversos actos que se celebren en esta Semana Santa, podamos ver a miembros de nuestra clase políticos pertenecientes a las distintas familias de partidos, dado que la proximidad de la elecciones al Parlamento Europeo, hace que alguno de esos políticos desee comportarse y presentarse junto con su programa político de partido, también acompañado con una etiqueta “homologada” de cristiano, hasta pudiera darse el caso de que varios de esos políticos, pudieran presidir o participar –están en su derecho de hacerlo así si les place-, en alguna que otra procesión esta Semana Santa, sin el menor atisbo de arrepentimiento y propósitos de enmienda, por esas sus arbitrarias decisiones, en aras de sus caóticas políticas de intereses de partido, cuando no igualmente personales. Por ello de llegar a verlos revestidos de una pretendida religiosidad, fatua y a todas luces estéril, indefectiblemente podría venir a nuestras mentes –y personalmente confieso que a mi me vino en más de una ocasión-, aquellas palabras del crucificado cuando exclamó: “¡Me decís Señor, Señor, pero no hacéis lo que yo os digo!”.

Ciertamente es para meditarlo. Y que mejor forma de hacerlo, sino en esta Semana Santa y al pie de la cruz, de aquel que un día por medio de Su Obra Vicaria, hecha a nuestro favor, nos llamó de muerte a vida, invitándonos a transitar por sendas de justicia, de reconciliación, de amor fraternal, de perdón, y de solidaridad fraternal realmente humana, y de paz, también en épocas de crisis.

Obispo Eduardo Andrés Domínguez Vilar
Diócesis Iberoamericana de la A.O.C.

Exit mobile version