Las palabras que estos días mencionaba la ciudadanía, políticos, banqueros… eran adjetivos que desprendían un cariño inmenso, una ternura especial… ciertamente podemos asegurar que eses discursos, soflamas, mensajes no siempre fueron de alabo, más bien de una crítica injusta y maquiavélica, pero es mejor olvidar y no entrar a valorar a esos profetas de las injurias y si recordar a un gran presidente, temeroso de Dios padre de la democracia y un fiel servidor del ciudadano.
Indudablemente observamos que el presidente Suárez perdía la memoria pero el pueblo la recuperaba y entraba a valorar a un presidente al que le debemos un pueblo, un país lleno de libertades; sí, al artífice de la Carta Magna de todos los españoles que refuerza esta gran democracia actual.
Todos ustedes recuerdan el 23-F, Suárez como hombre lleno de principios y valores demostró una valentía y una entereza que se impuso a una manera de concebir un Estado que no tenía cabida en el reino de España. Junto al Rey y a Sabino Fernández Campo, un olvidado pero gran servidor de España, hicieron que el progreso llegara a nuestro país, no solamente en libertades, si no que también en avance económico.
Amigos, lectores, diálogo, consenso, pacto…Adolfo Suárez puede ser un sinónimo de estos conceptos.
Es bueno que los actuales servidores de los ciudadanos perpetúen aquel famoso pensamiento del padre de la Democracia: “Elevar a la categoría política de normal, lo que a nivel de calle es plenamente normal”.
Daniel Vega Pérez
Presidente NNXX Lugo