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¿Detrás del origen del Universo hay realmente una inteligencia?

Pues sí, estimados lectores de Crónica 3, los últimos avances científicos nos vienen a confirmar que, la tesis de la inflación que se produjo previa a esa gran explosión conocida por Big Bang, se ajustan cada día más, y a medida que se avanzan y profundiza en los recientes descubrimientos que, llevan a la idea de un Creador o a una Mente Creadora. Sí, han leído ustedes bien; he escrito eso de “un Creador”; o lo que es lo mismo, alguien con una Mente Creadora; un Ser causa y origen de absolutamente todo lo creado.

Se que llegados a este punto, algunos lectores pensarán o dirán aquello de; “apaga y vámonos” y además

prosigan tal vez manifestando; “¿cómo es posible que éste nos venga a estas alturas con eso de un Creador. Es qué se puede creer en pleno siglo XXI en un Dios Creador, cómo si fuéramos unos ignorantes de la Edad Media?”…A simple vista, hasta podría parecernos lógica y razonable dicha forma de pensar; pero ¡alto ahí amigos!, la cuestión ahora no resulta ya tan simple y sencilla, a raíz del recientísimo descubrimiento y detección de lo que se ha denominado por los científicos como, Ondas Gravitacionales; Ondas que confirmarían la teoría inflacionaria previa al Big Bang.

Las observaciones llevadas a cabo con notable éxito, para medir la “radiación de fondo”, y que según los científicos, es una especie de señal, cuyo origen y procedencia es el mismísimo origen del tiempo, vienen a demostrarnos que el Universo, habría surgido hace la friolera de 13.800 millones de años tras una gran explosión, la cual vino precedida de una “inflación” acelerada. ¡Asombroso!

En ese brevísimo tiempo que duraría la citada inflación, ocurrirían cosas muy raras de cara a los conceptos de la Física actual que hoy conocemos, ya que por ejemplo, la gravedad en ese instante funcionaría al revés, y en lugar de resultar en una fuerza de atracción, sería una enorme fuerza de repulsión que inflaba por así decirlo, el espacio y el tiempo. Y son precisamente esas pequeñísimas variaciones cuánticas en el espacio-tiempo, las que se propagan aun hoy por todo el Universo, y vienen a constituir en realidad, los ecos del primer temblor que dio origen a la gran explosión del Big Bang, y por esto tal hallazgo es tan sumamente importante, ya que el mismo nos viene a ratificar la conexión entre lo minúsculo y lo enorme que, abre un nuevo capitulo tanto para la Física, lo mismo que para la Astrofísica y la Cosmología.

Y lo realmente maravilloso, es que la Ciencia nos está revelando en el campo de la Cosmología y de la Astrofísica, parece indicar a un origen en el que “todo salió de la nada”. Por todo ello y en este sentido, el relato bíblico que nos presenta a un Creador activo en el origen del Universo y de la Vida, aparece y se nos presentan ante nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI, como una coincidencia sorprendente.

Es cierto que el Libro de Génesis (primer libro del Antiguo Testamento de la Biblia), no puede aportarnos ningún tipo de información científica, sencillamente porque Génesis no es un libro de Ciencia; pero el que no ofrezca información científica, no significa ni quiere decir que, la información que nos ofrece no sea una información veraz, ya que por ejemplo en el relato de la creación, a pesar de situarse el mismo a ras del suelo, desde un punto de vista muy humilde, no contradice en modo alguno los descubrimientos científicos que la Ciencia ha hecho en nuestros días, pues es precisamente la Ciencia actual la que nos dice de forma manifiesta, de que sí hubo y existió un principio para todo el Universo, algo que durante muchísimo tiempo, no sólo se puso en duda, sino que se negó, y que recordemos que hasta principios del siglo XX, se mantenía como cierto que el Universo era eterno. Todas las teorías surgidas a modo de complemento de tal “Universo eterno”, fueron matizando la citada teoría, hasta el punto que llevaron a muchas personas el presuponer falsamente que, no existía la necesidad de un Creador o de una Mente Creadora.

A medida que la Ciencia avanza con pasos de gigante, hay muchas cuestiones que aun continúan envueltas en el misterio, tales como: ¿Qué había antes del Big Bang?…¿Cómo de la nada surgió todo en un instante?….¿Por qué existen leyes físicas?….Y todas esas preguntas nos llevan a reflexionar sobre la posibilidad de una Mente Inteligente detrás de la misma existencia del Universo.

Lo que ya no cabe duda, es que la Ciencia de nuestros días está haciendo cada vez más difícil ser un ateo intelectualmente satisfecho, precisamente porque todos los últimos descubrimientos científicos, nos llevan inexorablemente y nos apuntan hacia una Mente Inteligente que fue la causa de todo.

Hoy, nuestros jóvenes universitarios y muchos profesionales con estudios universitarios, son muy dados y proclives a pensar que, el viejo debate sobre la existencia de un Dios Creador, es algo que ya está superado, y hasta llegan a pensar que es algo irracional ante la “claridad” del ateísmo, pero lo cierto es que a día de hoy en el ámbito internacional no es así, ya que los descubrimientos modernos de la Ciencia, convergen hacia la idea de la existencia de una Sabiduría detrás del Todo.

Obispo + Eduardo Andrés Domínguez Vilar

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