Veamos.
Si yo soy vegetariano, y creo que lo mejor es no comer carne de animales; ¿soy debido a ello CARNÓFOBO?…
Si como cristiano consecuente con las creencias y principios éticos de mi fe, a los cuales tengo todo el derecho en una democracia que de tal se precie, yo defiendo, enseño y proclamo, tanto privada como públicamente la fidelidad en el matrimonio, y por lo tanto y en consecuencia, no me parece bien, ni soy partidario del adulterio, ni de la promiscuidad sexual, ¿soy a caso por ello HERERÓFOBO?…
Entonces, ¿por qué si entiendo como cristiano que las enseñanzas éticas del cristianismo de Cristo que trato de practicar, con todo el derecho democrático en mi vida, personal, comunitaria, social y ciudadana, contemplan dicha enseñanza concerniente al matrimonio, contempla el mismo como sólo aplicable cuando este se refiere al vinculo matrimonial existente entre un hombre y una mujer, y no entre dos personas del mismo sexo, se me pueda calificar y decir que soy HOMÓFOBO?…
¿No será que se penaliza y castiga al que no es HOMÓFILO?…
¿No será que estamos cayendo –o se ha caído ya a estas alturas de la “peli”-, en una especie de pensamiento correcto único, y que la disidencia del mismo se persigue como intransigencia y con intransigencia?….Pregunto.
¿No será qué estamos confundiendo relativismo con FUNDAMENTALÍSIMO RELATIVISTA?…Un vez más sigo preguntando, por derecho democrático y por mera y lógica coherencia.
¿No será que, en el fondo, lo que existe y ha entrado en vigor con una pretendida legalidad que se ampara en la democracia, practicar contra todo aquel que debido a su ética personal disienta –con el derecho democrático que le ampara para ese su disentir-, haber caído estrepitosa y lamentablemente en lo que ahora existe, y que es llana y sencillamente, quiérase o no, sólo una cosa?…¡CRISTIANOFOBIA!
¡Lamentable, pero cierto!
Obispo + Eduardo Andrés Domínguez Vilar