Las mareas de los últimos meses, ha desprovisto de la arena que protegía las paredes de la roca sobre la que esta labrada, facilitando con ello la labor erosiva de las olas, que ya han dejado su huella visible, en la pared derecha del sepulcro.
Me estoy refiriendo a la tumba antropomorfa, excavada en la roca, aparecida en la playa de Coto, Benquerencia (Barreiros), a escasos 900 m. de la capilla de San Bartolo, y que responde, parece ser, a un tipo de modalidad de inhumación, que los investigadores suelen asociar a las comunidades cristianas medievales.
Tiene forma humana, de ahí lo de antropomorfa, con el espacio justo para la colocación del difunto en posición decúbito supino, y con una cabecera de forma redondeada, que fija la cabeza mirando hacia el frente.
Sus medidas son: 160cm de largo, 50cm de ancho en la zona de los hombros, y de 40cm en la correspondiente a los pies, medidas habituales de los individuos de la época.
Está orientada siguiendo el eje Este-Oeste, es decir la cabeza hacia Oriente, lugar por el que, según las creencias cristianas del momento, aparecería Dios ” el día del juicio final”.
Este hallazgo ha sido catalogado como yacimiento arqueológico, por la D.X. de Patrimonio de la Xunta de Galicia, en su inventario autonómico, estando a la espera de estudios que confirmen las primeras impresiones avanzadas.
El rango cronológico de uso de este tipo de tumbas está en constante revisión, y aunque parece ser que el auge de su uso está entre los s.IX y el s.XI d.c., podemos encontrar referencias ya en el s. VI y VII, que en Galicia los asocian a la reocupación de los antiguos Castros.
Por tanto, será interesante leer las conclusiones, si algún día se hacen esos estudios sobre el sepulcro en cuestión, y mientras tanto esperemos se adopten las medidas adecuadas para su protección.
Sabemos que su proximidad al mar, dificulta grandemente su preservación de la acción de las olas, pero a lo mejor, la simple reposición de la arena de su entorno, junto con alguna protección que evite su retirada, puede minimizar el impacto de las mismas.
Mientras esperamos la opinión de los expertos en conservación, disfrutemos de su existencia, aprovechando el magnífico tiempo que nos acompaña este otoño.