Dejando a un lado si fue un monasterio o una iglesia en sus orígenes, es uno de los edificios más antiguos del concello de Lourenzá, dando testimonio de ello la documentación existente, que menciona ya en el temprano año 958, la donación por parte del rey Ordoño, de esta iglesia, al cenobio laurentino, además de su mención en el conocido testamento del Conde Santo del año 969.
Su titularidad pasó por múltiples manos, como se recogen en los escritos, dejando claro que su valor patrimonial debía ser elevado, asociado a las tierras que poseía, foros, arriendos, diezmos, y demás prebendas que llevaba asociados.
En algún momento de su historia fue propiedad templaria, como claro ejemplo del interés que esta Orden tenía por el control de los caminos de Santiago.
La presencia templaria en Galicia fue mucho más intensa y activa de lo que la historiografía oficial admite, pero a poco que nos fijemos, sus huellas están por todas partes.
Y esto es debido a que, si bien sus relaciones vecinales fueron cordiales en un principio, pronto se iniciaron sus primeros encontronazos con Abades y Obispos, al estar estos exentos de la jurisdicción episcopal y sólo rendir cuentas al Papa.
La altanería de sus miembros sumado al rápido auge de la Orden, provocó odios y envidias, especialmente en los Benedictinos, que dió lugar a constantes pleitos; por eso, su disolución fue recibida con gran jubilo por sus enemigos, a los que se sumaron los representantes de la nobleza, para ser participes del expolio de sus propiedades, destruyendo la documentación que acreditaba la titularidad templaria, tratando así de borrar su existencia.
Y para apuntalar esto, existe un documento en el archivo de la catedral de Lugo del año 1254, que recoge las propiedades templarias en la provincia, donde aparece una iglesia en San Jorge Canedo, que a mi aventurado entender podría referirse a este lugar, ya que, por aquel entonces Canedo era un Coto que abarcaba tierras y casas de las tres parroquias del valle.
El recuerdo de su presencia se mantuvo en la mente de las gentes del lugar, llegando hasta nuestros días, como me transmitió Dº. Antonio Rodríguez Lodos, cura-párroco de esta iglesia durante más de 50 años, entre otras, y a quién quiero recordar hoy con cariño, por su reciente jubilación.
La misma advocación de San Jorge es sospechosamente del agrado templario, ya que, como es sabido era el patrón de los Cruzados.
Finalmente, y sólo con el fin de incitar a la investigación, o cuando menos a la reflexión, apuntar que tampoco Vilanova debió ser ajena a la influencia templaria, y quiero recordar aquí, que existe un manuscrito del año 1723 en el Monasterio de Samos, sobre la fundación del monasterio y sus abades, que dice que nuestra villa en tiempos de los Osorio se conocía como Villanueva del palacio de los caballeros, ¿ Pudo algún Osorio ser o simpatizar con los Templarios ?.
VIDAL MARTÍNEZ-SIERRA LÓPEZ
Diputado del Parlamento gallego
Ex-Alcalde de Lourenzá