Presuntos intelectuales, o que van de “lo mismo”.
Se enraízan en una historia olvidada, y arrancan la demagogia y la cobardía, la cobardía de escribir con seudónimos, a veces bíblicos, casi siempre fantasmas.
Desde una presunta atalaya por encima del bien y del mal, destrozan teclas de ordenador para criticar sin argumento ni fundamento, actuaciones ajenas, escondiéndose gritan y atacan, atacan a quien da siempre la cara, aunque muchas veces se la partan, porque es mucho mejor cara rota, pero alta, que cabeza baja por vergüenza de lo que hemos sido, y lo que es peor de lo que somos.
Golpean teclas de ordenadores y de móviles, pero en cuanto, con argumentos, se les responde, vuelven cabeza al suelo y cual avestruz se esconden, enterrando la cabeza en los bloqueos de Facebook, wasap, twitter u otros, el caso es no debatir democráticamente.
Demasiados parecidos en hechos y formas a los dictadores, incluso a los dictadores con barba, esos a los que tanto se parecen, y que un día defendieron y ahora “presuntamente” calumnian”.
Hablaba una gaviota, y tonterías recitaba, al final la avestruz se volvió gaviota, y se hundió, y no ya solo la cabeza, sino todo lo demás, enterrada queda la dignidad de tanta ave, que de tanto piar, afónica se quedó, y en lenguaje de signos no sabe hablar, y aunque supiera, como escondida está, nadie la verá.
Necio se volvió el intelectual, el mejor de la radio se creyó, pero ahora no lo invitan los que el vendidos llama. No será que no es tan bueno el profesional?
Cuento contado es lo aquí relatado, “el que se pique ajos come”, y la triste realidad de alguno puede coincidir, pero recuerden es pura casualidad.
Sin ánimo de ofender, aquí acabo de contar, vidas y milagros de alguien que no existió, aunque en otro cuerpo se reencarnó.
Ignacio Expósito Rego.
“Acabo mi relato, con alegría y con afán, en la población de plato se volvió un hombre caimán”
“Se va el caimán, se va el caimán, se va pa la Barranquilla”
(Dedicado a un seudo-amigo inexistente)