Pero noviembre, es también tradición heredada; porque noviembre es el mes de los muertos; el mes de carácter funerario por excelencia.
El día 2 de noviembre, en algunos países de tradición Católico-Romana se celebra y conmemora a todos los fieles difuntos. Este día, es cuando la gente suele ir a los cementerios para poner flores en las tumbas de los familiares muertos y a orar por ellos.
El origen de este evento, se remonta al siglo X de nuestra era. Lo inició un monje francés llamado Odilón, que era abad de Cluny. Fue el abad Odilón el primero en disponer, “que en todos los monasterios se mantuviera un recuerdo para los difuntos el día 2 de noviembre y se orara por ellos.” Y pronto esa práctica se convirtió en costumbre, y la costumbre se transformo en una ley transmitida como herencia de la tradición, para un gran numero de personas.
Hace ya la friolera de unos cuantos años, en un día 1 de noviembre, día de la festividad de Todos los Santos, aun recuerdo que un sector de la prensa española, publicaba una encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas, en torno a las creencias religiosas de los españoles. De aquella encuesta resultaba que, 24 de cada cien españoles, afirmaron creer en otra vida después de la muerte. Otros 25 de cada cien respondieron que, “probablemente exista algo”, y 12 de cada cien, se situaban en la duda y respondieron: “probablemente no exista nada”; y en fin, 27 de cada cien, contestaron rotundamente lo siguiente: “No hay vida después de la muerte”. Como manifesté, esa encuesta hace ya muchos años que se hizo, pero de haberse llevado acabo a día de hoy, y ante los escándalos de corrupción que proliferaron en el pasado reciente, al igual que ya desde los mismos inicios de la democracia, y gracias a que a pesar de los años ya transcurridos, por fin van aflorando en la actualidad a la luz pública, podemos ver como ese paisaje de corrupción afectó y afecta, ya no sólo a los grandes partidos que han gobernado en las legislaturas democráticas habidas hasta la fecha; sino que también estamos día a día comprobando, como afecta también, a esas nuevas organizaciones populistas, surgidas en fechas aun bien recientes, cuyas “inmaculadas” políticas no lo son tales, sino dados los casos habidos, son todo lo contrario; de ahí que ya podemos decir que, la tan cacareada pureza de populismo llegado a España, de cuño marxista castro-bolivariano, de facto no es más que, un mero canto demagógico engañoso; un canto de sirena que, de llegar a gobernar, traerían a España, una dictadura odiosa y execrable de corte marxista, no siendo pues la opción idónea en absoluto, ese tipo de moderno partido populista, con sus marcas blancas incluidas, tal y como así la lo estamos viendo y comprobando día a día, allí donde han logrado llegar al gobierno en el pasado mes de mayo, en determinados ayuntamientos y comunidades, quedando demostrado hasta la saciedad que, este tipo de políticos populistas, tanto de alubión, así como los de estilo de marxismo quinta columnista, no son (y en realidad nunca lo han sido), la solución a nada en España, y menos aun si cabe, hoy, aquí y ahora; sino que por lo contrario, de llegar a gobernar en España, sólo traerían junto a una nueva dictadura, el fin de las libertades y derechos de los ciudadanos; la ruina y la miseria, al igual que sucede a día de hoy, en los países que gobiernan dicha clase de partidos.
Y llegados a este punto, no podemos olvidarnos que la corrupción afecta igualmente, a los más destacados líderes del nacionalismo y del independentismo catalán, en un grado que además de escandaloso, por su magnitud en una corrupción de estilo mafioso y de rango olímpico.
Todas esas corrupciones y corruptelas que, han campado por doquier a lo largo y ancho de esta piel de toro que es el ruedo ibérico, protagonizados por determinados cargos públicos políticos; ciertos bancos y banqueros, y algunos industriales y empresarios, en todos los casos han entrañado robo y espolio, perpetrado en detrimento y contra la ciudadanía de este país llamado España, y que además es culpable en parte, de que hoy en el seno de la sociedad española, exista una creciente desigualdad, la cual por si misma, está llegando a ser provocadoramente ofensiva, y que lleva aparejada la miseria, la pobreza y el hambre, mal nutrición, incluso a niveles escandalosos de la infancia, y que por fin parece haberse ido deteniendo y superando lentamente; pero aun así y debido igualmente al arribo de esa crisis, la cual en el primer momento, llegó incluso a ser negada su existencia por parte de un gobierno tan caótico, como sin lugar a dudas, lo fueron los gobiernos presididos por el peor de todos los presidentes habidos en España, desde la Primera República hasta el día de hoy, que ya es decir, y por eso estimo que cabe preguntarse, precisamente hoy, en que ya estamos en este otoñal mes de noviembre; el mes de los muertos, lo siguiente: ¿Creen en otra vida después de la muerte, los políticos, banqueros y empresarios corruptos que, hasta la fecha han sido descubiertos en España, teniendo en cuenta que, la mayoría de los cuales, siempre hicieron gala de su catolicismo de cirio y procesión, en las folclóricas Semanas Santas, o del Corpus, aun cuando terminada las respectivas farándulas, de eses sus carnavales religiosos, algunos de ellos acto seguido, se fuera de comilonas, cacería, y aun cuando visto alzacuellos, no me duelen prendas el decirlo, también alguno que otro también se fueran de putas, y en ocasiones, tal vez pagando los carnales servicios de las mismas, con alguna que otra tarjeta Black….sic. ¿En cual de los porcentajes encajaría, hoy, aquí y ahora, toda esa pandilla de corruptos delincuentes de tipo mafioso, principales causantes de las crisis habidas y por haber, de la proliferación de tanta hambre; tanto dolor, miseria, insolidaridad y otro rosario de lindezas, como por ejemplo los desahucios?…Creo que quienes nos tenemos y consideramos verdaderos cristianos, deberíamos meditar sobre esto, y de una forma especial, en este mes de los muertos que es noviembre, porque alguno de los que han muerto en estos años que llevamos de crisis, tomaron la resolución de quitarse sus vidas, debido a los desahucios que, no olvidemos en España, fueron provocados por una causa principal; la ambición desmedida, insultante y abusiva, algunos corruptos adictos al capillismo social de meapilas; al cirio de procesión, al agua bendita, al lujo execrable y ofensivo, y al champán de orgia, consumido en los altares del hedonismo insultante más abyecto. Y estaría traicionando a mi ministerio como Obispo de una Iglesia Cristiana, si no alzara mi voz de denuncia, contra esa situación que fue imperante en la sociedad española, y que esperemos sea erradicada de sus seno para siempre, poniendo en vigor con determinación y contundencia, una adecuada legislación a tal fin destinada, mediante la aplicación de la cual, poner coto definitivo y final, a todo tipo de corrupción a todos los niveles, de una forma ejemplar y efectiva. Eso es lo que yo creo y manifiesto públicamente, aun cuando a algunos puede ser que no les guste que lo haga así, pero desde la perspectiva de una ética cristiana, estaría incumpliendo con mi ministerio, de no hacerlo así, por desidia, o bien por cobardía; de ahí que al igual que otros obispos de las iglesias cristianas, alzo mi voz de denuncia, ante tanta inmoralidad de tipo económico y social, y ante la tan culpable pasividad que, hemos podido observar hasta la actualidad reciente, al igual que ante algún que otro falso perdón, propio de hipócritas que, como suele decirse, han demostrado el tener un morro que se lo pisan.
Por todo lo expuesto; hoy, día de los fieles difuntos, en este mes otoñal de los muertos, que es noviembre, deseo pedir el recuerdo y la oración, por tantas y tantas victimas de esa crisis que fabricaron los de siempre; y que son los que durante la mayor parte de su existencia, han llevado su patria no en sus corazones, sino en las suelas de sus zapatos caros de lujo, y para quienes su prójimo eran meros ciudadanos a explotar, engañar, estafar y robar, y cuyo único dios que conocen y adoran, es el dinero, y el del valor de sus riquezas mal adquiridas, a cuentas del sufrimiento, y hasta de la misma muerte de otros.
Noviembre, mes de los muertos, donde el sepulcro nos recuerda que, también todo autor de injusticias y corrupción, alcanza su final en esta vida, y que ante las flores de la tumba, se proclama querámoslo o no, la justicia real que se abrirá camino un día venturoso, incluso más allá de la muerte.
A los corruptos que han saqueado, estafado y robado a su propio país, y en consecuencia a sus conciudadanos; refiriéndose a todos ellos sin excepción, hace miles de años fue escrito: “¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder! Codician las heredades, y las roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad” (Libro del Profeta Miqueas, en el Antiguo Testamento, 2: 1-2). Esas palabras contienen una prístina vigencia, y podrían venirles como anillo al dedo, a tantos y tantos corruptos por estas y otras latitudes, ya que todos ellos sin excepción, en lo más intimo de su ser, al igual que sus cómplices, les sucederá como al rico de aquella parábola que fue escrita, nada menos que hace ya la friolera de más de dos mil años, y que dice así: “Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tú alma; y lo que has provisto, ¿de quien será? (Evangelio de Lucas 12: 19-20). Sí, ciertamente el corrupto acumula bienes y riquezas injustamente, y con ello ocasiona en otros ruina y dolor; pero aun así, no deja de ser un necio que al final tendrá su merecido. Ojala que así sea también en nuestros días, antes de que el necio corrupto, llegue a la tumba, porque tanta maldad y tanta injusticia, ya no puede quedar impune, porque clama al cielo.