Site icon Crónica3.com A Mariña

“A TI, PEQUEÑO JULEN”, Por Ramón Hermida Pumares

Ojalá este artículo publicado hace unos años surta los mismos efectos con el pequeño Julen. Por desgracia la historia se repite.
Ni pitidos, ni abucheos ni gaitas, solo lágrimas. Lágrimas, ríos de lágrimas de todo el mundo horadaban montes y montañas, cruzaban ríos, océanos y valles para cantar la Salve Marinera a la vida que se estaba ahogando en dique seco a 700 metros de profundidad de cualquier desierto, allá en Chile.
Cadáveres vivos con sepultura a cal y canto enterrados el 5 de agosto y respirando hasta el 13, día de cualquier Virgen, advocación segura de cualquier remedio, aunque se celebre en la cripta de la mina San José.
No solo movió montañas la fe, movió corazones en todo el mundo para que el sentir, el respirar de los millones de espectadores que hicieron suyo cada rescate insuflara ánimo y valor y fe y esperanza y todas las Virtudes Cardinales…
Luto negro, negro como el pozo que los retenía, llanto oculto sin voz de angustia, la emoción no daba para más, el dolor roba los sentimientos porque el dolor es impotencia. Velas, solo velas para ver alguna luz, alguna llama, algo claro que entretenga el dolor y no duela la muerte,
Me imagino una línea recta al horizonte, pero al centro de la tierra, allí donde Dante colocó el infierno rojo de cardenales, púrpura de obispos, con papanatas sin moscas pero preñados de vicios, cuesta, hay que soñarla, es como una voz en el desierto, se pierde, solo contesta el vacío, nada…, la nada.
Estos 700 metros no conducían al infierno, por suerte, ¡qué injusto sería el Creador!,. sino al útero de la tierra, al limbo, allí estaban 33 embriones que de pecadores sólo tenían el tener que trabajar.
¡Qué lección magistral nos dio la Humanidad a cada uno de los millones de espectadores que hemos ido empujando, con respiración agitada como en un parto, el rescate de cada minero!
Y es que, a las grandes dificultades, se les pone coto cuando se pone a andar la máquina del esfuerzo compartido, del voluntariado implicado, ¿no os parece?.
¡Chapuza, quítame allá esa paja….!, saltamos rápido para marcar terreno. ¡Qué terreno!. Mequetrefes los minifundistas parcelarios de su propio ombligo!. No os dais cuenta de que el hombre, cada hombre es un mundo y tiene sus amores, sus sueños, sus vivencias, pero sobre todo tiene a los hombres de todos los mundos para auparlos en las victorias. No señores, el hombre no es lobo para el hombre, el hombre triunfa, el hombre acierta, el hombre suma, el hombre es héroe. Decidme si no, millones de personas admirando, aplaudiendo, llorando al ver que el hombre es un ser de capacidades, cosa que muchas veces olvidamos porque la anécdota, el desliz, no deja ver lo excepcional de cada ser humano.
En voz de susurro, decirte Chile que, entre los millones de espectadores que sumaron sus fuerzas para que el parto del valle fuera más llevadero, estaba toda A Mariña lucense, como grano de arena, viviendo la buena noticia de la vida, del saber hacer, del compartir, conseguido bajo la dirección de ese pueblo organizado.
Logro compartido es sinónimo de equipo y,,¡no hay mejor memoria histórica!.

Ramón Hermida Pumares

Exit mobile version