Desde a Asociación de Comerciantes, Industriais, Servizos e Autónomos o seu vicepresidente, Roberto Rivas, considera “un perjuicio enorme para el sector hostelero y comercial de Ribadeo y de A Mariña esta medida. Bares y restaurantes de una zona como la nuestra, prácticamente libre de covid en este momento, vemos como se reduce de nuevo el aforo en nuestros locales y vemos que no podemos servir en las barras. Estamos en otoño, hay días en los que es normal que llueva, y eso implica que las terrazas no se puedan utilizar. ¿Cómo vamos a subsistir?”.
Rivas Tome recorda que “en A Mariña fuimos la experiencia piloto de Galicia al realizar un confinamiento de la comarca, con restricción de la movilidad, a principios del verano. El daño causado entonces fue enorme. Pero en ese momento había brotes de covid en varias localidades. Ahora aquí estamos bien, pero somos sometidos a las mismas restricciones que el resto de Galicia. En Acisa, en su comercio y en su hostelería, no lo entendemos y no compartimos esta medida. La vara de medir no puede utilizarse de esta manera”.
O vicepresidente da asociación ribadense manifesta que “cada vez es más complicado entender los criterios de las autoridades sanitarias y competentes. Hay deportes que pueden contar con público otros que no, el sector de la cultura vuelve al trabajo poco a poco… hay actividades que se van recuperando, pero parece que hostelería y comercio estamos siempre en el ojo del huracán”.
O presidente de Acisa, Francisco Iriarte, sinala que “es esencial saber cuánto durarán estas nuevas normas. Ya hoy hemos recibido llamadas desesperadas de muchos negocios que no saben qué hacer, si cerrar, se irse al ERTE,… no saben lo que durará esta situación nueva, pueden ser 14 días o 2 meses. Los empresarios tienen qué saber a qué atenerse, hay que hacer frente a los gastos de luz y agua, a los proveedores, a los impuestos, a los sueldos… qué hacemos con los empleados. Son muchas preguntas sin respuesta. La incertidumbre es mala compañera de viaje”.
O xerente de Acisa, Jesús Pérez, sinala que “de poco sirve limitar el servicio de la hostelería reglada y segura cuando se están produciendo fiestas en pisos con más de 10 y de 15 personas; cuando está habiendo grupos de adolescentes y no tan adolescentes en diferentes zonas de Ribadeo y de la comarca, donde casualmente al día siguiente aparecen botellas y restos de esos encuentros. O sabemos que se producen también reuniones de decenas de coches a altas horas de la madrugada en el aparcamiento de la zona comercial exterior de Ribadeo. Entendemos que quizás en vez de poner más nomas es bueno hacer cumplir las que hay. El ocio nocturno está muy tocado y no puede trabajar prácticamente. La hostelería trabaja según las normas dictadas en cada momento. El comercio lo mismo”.
E engade: “todos o la mayoría acatamos las normas, como debe ser, y luego resulta que las autoridades sanitarias dicen que los contagios se producen en las reuniones familiares y en las fiestas ilegales. Pues actuemos ahí y no yendo siempre en la misma dirección, que es contra la hostelería y contra el comercio. ¿Cuántas personas se contagian yendo de compras? ¿Cuántas se contagian saliendo a comer o a cenar a un restaurante? Ya está bien”.