Nota de prensa:
LA PLAZA DE ABASTOS: UN DESIERTO EN EL CENTRO DE LA VILLA
“Un desierto en el centro de la villa”: en eso se ha convertido la zona de la Plaza de Abastos de Ribadeo durante el día.
El aspecto de esta parte del centro del pueblo desde que el Gobierno municipal del BNG colocara los parquímetros es dantesco. Se pueden contar a media mañana de un día por semana entre media y una docena de vehículos aparcados en la plaza y calles adyacentes. Cualquier vecino puede ver el aspecto fantasmal que ofrece lo que debería ser uno de los centros neurálgicos de la actividad comercial de nuestro ayuntamiento.
La historia de esta ruina para los comerciantes viene de bastante atrás. El actual alcalde, Fernando Suárez, apoyado por los concejales socialistas, instauraron en la legislatura anterior un sistema de restricción horaria para el aparcamiento en esta zona con la excusa de potenciar la movilidad de vehículos, obligando a que los tiempos de estacionamiento fueran menores y, por lo tanto, el número de personas que se beneficiaran de la posibilidad de aparcar en el centro fuese mayor. El Partido Popular vislumbraba que, a la larga, esta actuación llevaría a un sistema de pago, circunstancia negada entonces por los nacionalistas.
El sistema no pudo resultar más desastroso pues se precisaba colocar en el vehículo estacionado unos discos horarios que sólo se podían conseguir en la Casa Consistorial, con la consiguiente imposibilidad de cumplir las normas para aquellos que llegaban a nuestro pueblo fuera del horario de apertura del ayuntamiento. El perjuicio para los establecimientos de la zona fue importante y manifestado abiertamente tanto por los comerciantes como por el Partido Popular. Entretanto, el gobierno municipal recaudaba por las infracciones cometidas por aquellos a los que les era del todo imposible cumplir con la norma.
Pero el BNG, lejos de escuchar a la oposición ni a un sector vital para la economía local, continuó con su cruzada de llevarse por delante la actividad de una de las zonas más productivas del casco urbano. Una vez ganadas las elecciones municipales el pasado mes de Mayo con una mayoría absoluta que les aseguraba la potestad de llevar adelante sus pretensiones sin dar cuenta de sus actos, el BNG se puso manos a la obra con la que puede resultar la defenestración de esta histórica zona comercial. Alquilaron y colocaron unas máquinas expendedoras de tickets de aparcamiento que, “por una módica cantidad”, proporcionan al cliente del comercio y la hostelería licencia para estacionar durante, como máximo, dos horas. No contento con ello el Sr. Alcalde de Ribadeo manifiesta en la prensa que los 20 céntimos de pago mínimo son una ridiculez.
Además del coste por la tarifa de aparcamiento que pagaremos cuando decidamos usar la zona delimitada como “azul”, la iniciativa supondrá un nuevo gasto para las arcas municipales pues la inversión anual por el alquiler de las máquinas supone unos 4.000 euros y, de continuar así la aceptación del servicio, la recaudación será sustancialmente menor de esa cantidad; todo ello sin contar el gasto de pintar las plazas, etc. Es decir, otra idea que sangra nuestras maltrechas arcas municipales.
Desde el Partido Popular queremos manifestar que la simple visión del resultado muestra a las claras lo alejado de la realidad que vive el sr. Suárez. Este mismo argumento de la insignificancia de las cantidades fue usado también en el pleno en el que aprobaron, usando implacables su mayoría absoluta, la subida de todos los impuestos municipales. Esperamos que la terca realidad haga reflexionar a este gobierno municipal y observen que las familias ribadenses pasan por un momento muy difícil y no están dispuestos a pagar con su maltrecha economía los dispendios de quienes nos gobiernan.
Desde el PP exigimos que empiecen YA a apretarse el cinturón en los gastos municipales y dejen de sangrar al pueblo con nuevos impuestos y subidas de los existentes para los ciudadanos y medidas que hacen aún más cuesta arriba para los negocios locales la, ya de por sí durísima, situación de crisis económica que atraviesan.