El próximo 25 de Mayo votaremos en nuestro país, para elegir a una parte de los 751 parlamentarios que, representarán a más de 500 millones de ciudadanos de nuestra vieja Europa, en el Parlamento Europeo; un Parlamento que es en número, el segundo mayor del mundo tras el Parlamento de la India.
Los que resulten elegidos para formar el nuevo Parlamento Europeo, tendrán un mandato que no expirará hasta el año 2019, y la gran novedad a destacar bajo el nuevo mandato, consistirá en la aplicación del denominado como “Tratado de Lisboa” de fecha 13/12/2007, en virtud del cual el Presidente del Consejo Europeo, va a ser elegido por los nuevos 751 parlamentarios que compondrán la nueva Eurocámara. ¿Pero esto va a significar un avance de cara a los países que forman la Unión Europea, o bien resultará en todo lo contrario?…Pues bien, mucho me temo de que eso no mejorará en absoluto el proyecto (a día de hoy solamente sueño-proyecto), de una verdadera Unión Europea con un peso real y efectivo como potencia, puesto que con el arribo de la crisis, hemos podido comprobar, el que la Unión Europea, es más bien una “Unión de Mercaderes”, donde los países del Sur, han quedado relegados a una especie de meras colonias, aun cuando se pretenda hacernos creer lo contrario, dado que los recates habidos, tanto a paises como Grecia, Portugal o Irlanda, así como los rescates a la banca de España, son la más evidente confirmación de lo dicho.
¿Qué nos demuestra entonces, el qué el Presidente del Consejo Europeo, sea elegido por los nuevos parlamentarios que surjan tras las próximas elecciones? Sencillamente lo único que nos demuestran son, la evidencia de la existencia de “democracias cojas”, y no de verdaderas democracias desarrolladas en derechos ciudadanos, como en varios de los países miembros de la Unión Europea existen y forman parte de la misma, pudiendo destacar como ejemplo de tales “democracias cojas” a España, aun cuando a muchos esto que escribo, les parezca todo un escándalo, cuando en realidad no es así, ya que en primer lugar ese hecho de que al nuevo presidente del Consejo Europeo, deba ser elegido por los 751 igualmente nuevos parlamentarios, es la prueba más que evidente de que, por unas determinadas élites fácticas político-económicas, se viene considerando y tratando a los ciudadanos de los países que forman la Unión Europea, como a una manada borreguil, casi ignorante, que no ha alcanzado su mayoría de edad democrática, siendo considerados en la praxis política y de gobierno a nivel europeo, como si en lugar de ser ciudadanos, fueran en realidad una especie de súbditos del medioevo.
La elección en cuestión, con esa formula tan “democrática” de elegir al nuevo flamante Presidente del Consejo Europeo, no significará nada, ya que la figura y poderes del mismo, no serán equiparables de ninguna forma, a los que un Presidente de Europa, debería de poseer y ostentar a la hora de la verdad, comparándolos con los respectivos presidentes homólogos de las grandes potencias con las que Europa obligatoriamente debe de tratar, tales como los EE.UU., Rusia o China; pero ello no será jamás posible, ni a nivel de dichas potencias, ni incluso a nivel de andar por casa, ya que el Presidente Europeo, nada tendrá de poder y de autoridad, de cara a los mandamases de turno europeos, como Merkel, Cameron u Hollande, quienes continuarán siendo a la hora de la verdad y en la práctica, los verdaderos, auténticos y validos interlocutores con los líderes de la citadas potencias mundiales, quedando de facto el que próximamente será elegido y revestido como Presidente del Consejo Europeo, a un mero figurín decorativo; eso si, con un pingüe sueldo a cargo del ciudadanito-súbdito europeo.
Y ahora la reflexión; ¿por qué se elegirá de esa forma al nuevo Presidente del Consejo Europeo?…¿Qué es lo que impide a los ciudadanos de los 28 países miembros de la Unión Europea, el que estos puedan elegir con su propio voto personal directamente al político-ciudadano europeo que consideren más apto y apropiado para ser su Presidente?…¿Por qué los ciudadanos de los EE.UU. si pueden elegir directamente y sin intermediarios a su Presidente quien es su máximo gobernante?…He ahí el quiz de la cuestión, y por eso el enanismo de la Unión Europea actualmente, es ya más que evidente a todos los niveles; más aun, si a lo anterior añadimos la pésima cualificación, junto a la gran ineptitud para el cargo político que están desempeñando, una gran mayoría de los candidatos que se presentan para eurodiputados, entre los que en honor a la verdad destacan por “méritos” propios, los candidatos de los principales partidos políticos españoles, nos da una visión panorámica real y adecuada al presente.
No nos engañemos, porque con tales electores eurodiputados, no van a traer más democracia a ningún país de la Unión Europeo, sino que redundará más bien en todo lo contrario para los país del Sur como España, por razones más que obvias, ya que como hemos podido comprobar in situ, con el advenimiento de las crisis, es que el refuerzo de las instituciones de la Unión Europea, influenciadas en su poder determinante decisorio, por las potencias europeas del Norte, como Alemania, han ido en detrimento real y verificable, de todos y cada uno los intereses nacionales de países como la propia España; de ahí que la visión casi de idílico Edén que, nos han estado predicando por parte de los dirigentes europeos, era sólo una ficción con la que han pretendido y aun siguen haciéndolo, el lograr que los ciudadanos nos creamos que el viejo anhelo de una Europa unida, solidaria, en paz, donde impera una verdadera justicia, con sistemas democráticos genuinos, se va haciendo una realidad, porque nos estamos dando perfecta cuenta de que no es así.
Las listas para las próximas elecciones del día 25 de Mayo que, se presentan por las 28 circunscripciones de los países miembros de la Unión Europea, recordemos que son listas cerradas, totalmente bloqueadas por los aparatos de los partidos políticos que concurren a estas elecciones, y que por ello sólo dejan a los ciudadanos que votan, la capacidad de elegir a unas determinadas siglas que, sólo supuestamente, vendrían a significar y a ser la encarnación personal, de la línea del partido político con tales siglas; por ello, los candidatos de dichas listas cerradas y bloqueadas son irrelevantes, incluidos los cabezas de lista, ya que cada uno de los candidatos incluidos en esas listas, le deben su presencia en las mismas, no a los ciudadanos ni a los propios méritos personales que pudiera tener el candidato, sino que dependerá del único y exclusivo “mérito” que es el que definitivamente cuenta, y que es ni más ni menos que el de haber sido designado a dedo, por los respectivos dedos de los dirigentes supremos del partido político en que los candidatos militan. Es por eso el motivo principal de que en las listas aludidas, nos encontremos con auténticos segundones y aduladores, sometidos totalmente en cuerpo y alma, a los respectivos aparatos burocráticos de sus partidos políticos, a cuyos intereses sirven; intereses que como estamos viendo día a día, no son los de la ciudadanía, y España es el ejemplo más destacado. Siendo así, como suele decirse; “apaga y vámonos”.
Esas listas bloqueadas y cerradas, confeccionadas, cocinadas y sazonadas en el interior de las cúpulas de los partidos, anulan por completo del todo, el sentido de la responsabilidad en los eurodiputados así elegidos, ante los ciudadanos que les han dado su voto , y sólo responderán de sus actividades como eurodiputados, ante los jefes de sus partidos políticos, careciendo totalmente de una auténtica autonomía personal, para hacer política en conciencia de cara a la ciudadanía del país que supuestamente representan, viniendo a ser solamente un mero comparsa de tipo marioneta, de una organización política, y sólo la elección de una forma directa de los eurodiputados mediante distritos unipersonales, podrá generar la fuerza necesaria que contrarreste con efectividad la acción nefasta para el ciudadano, que conlleva el procedimiento actual.
Ante lo expuesto y manifestado, es lógico que al lector le surja la siguiente pregunta: ¿Para que sirve entones el cargo de europarlamentario o eurodiputado?…En primer lugar y antes que nada, es todo un “chollo” que tiene una doble vertiente, pues sirve para agradecer los “méritos por los servicios prestados y lealtades habidas de tipo personal y también incondicional”, y para el “reposo del guerrero”, o bien para su “aparcamiento” y salida –en determinados casos concretos también huída-, de la política nacional, al haberse quemado en la misma a lo largo del tiempo, o también por haber llegado a ser algo incómodos a sus jefes de partido. Y luego sirve además, para poder cobrar la nada despreciable cantidad de 6.000 Euros netos cada mes, con una disposición de fondos reservados sin justificación de 4.000 Euros mensuales, junto con unas dietas de 300 Euros por día, sin contar con los pluses que pueda lograr por formar parte de misiones específicas concretas, junto con otros “postres” apetitosos que van unidos indefectiblemente al cargo-“chollo” logrado, relacionados con la vivienda, el transporte en clase superior, etc. Como podemos ver, servir sí sirve para algo el cargo de europarlamentario; si bien de cara a la ciudadanía, lo que es valer, los servicios que pueda ofrecerle un europarlamentario, visto lo visto y a la hora de la verdad, tal y como están las cosas, valer, valer lo que se dice valer, para muy poco o casi “na de na” le van a valer. ¡Lamentable, pero cierto!
¿Ante tal panorama que podemos hacer?…Sabemos que los importantes partidos políticos están organizados en Internacionales político-doctrinales, y siempre tratarán de evitar confrontaciones, utilizando para ello pactos de todo tipo, trapicheos, etc. Los pequeños partidos que ahora se presentan, aun cuando parezca que algunos de sus candidatos a eurodiputados, sean intachable y valientes; mucho me temo que llegada la hora de la verdad, subastarán sus votos, casi al mejor postor, el cual será ofrecido a las grandes coaliciones de los grandes partidos, para poder de esa forma lograr votaciones que resulten ganadoras, pero que siempre quedarán muy lejos y distantes de los intereses y necesidades reales de la ciudadanía, especialmente en esta España nuestra, “amante de Frascuelo y de María”; del Real Madrid y del Barsa.
Obispo +Eduardo Andrés Domínguez Vilar