Eduardo A. Domínguez Vilar.- (SIN RESPONSABLES DEL DESASTRE ECOLÓGICO DEL PRESTIGE; ASESINOS Y DELINCUENTES PELIGROSOS FUERA DE PRISIÓN; CORRUPCIONES POLÍTICAS DE IZQUIERDAS Y DE DERECHAS A LA ORDEN DEL DÍA, ETC.)
El juez absuelve a todos los acusados por la tragedia ecológica que causó en las costas de Galicia el Prestige, la cual dicho sea de paso ha sido a día de hoy, la mayor catástrofe medioambiental vivida en España. Los presos etarras que han cometido los más execrables crímenes están siendo puestos en libertad, junto con otros peligrosos delincuentes comunes. Los ERE de Andalucía y el caso Bárcenas, salpican a diario a políticos tanto del PSOE como del PP, amén de destacados sindicalistas. Miles de personas vilmente estafadas por el fraude de la Preferentes; desahucios por doquier; paro in crescendo, y a todo esto, el corifeo triunfalista de algunos ministros como Montoro, etc. Para rizar el rizo, todo un Fiscal General del Estado, manifiesta públicamente su alegría, por la no imputación de una determinada y conocida Infanta de España, al igual que lo demuestra con sus pasmosas declaraciones sobre el mismo tema, todo otro señor Fiscal, esta vez, el Fiscal Anticorrupción; y lo que ya resulta esperpéntico rayando en el ridículo, ha sido una reciente aparición televisiva del que fuera juez y todo un exministro de Justicia y ahora alcalde de Zaragoza, el señor Bellot, quien sin el menor empacho –cosa que está en su derecho, faltaría más-, dijo a los televidentes que en el caso de la Infanta, él no ve ningún tipo de indicios para que se la impute, y que él mismo como juez no la imputaría.
Ante el rosario de letanías de despropósitos, cabe la pregunta: ¿Vivimos realmente en sobre el territorio de un Estado Social y de Derecho en el qué rige un sistema democrático; o bien vivimos inmersos de facto, en una especie de “República Patatera” que ya hiede?…Pregunta por demás lógica y coherente a estas alturas de “la peli”, donde la actual partitocracia, ya no nos quepa duda, estamos viendo que día a día, va secuestrando política y socialmente hablando, la verdadera y real democracia a los ciudadanos de un país que a pesar de todos los pesares, continua llamándose España.
Como gallego, me referiré, expuesto lo anterior, a dar mi opinión sobre el macrojuicio de mayores dimensiones celebrado en Galicia. El mismo duró ocho meses, 400 horas en 89 sesiones, con 204 declaraciones de testigos y peritos. Pese a lo cual, muchas han sido las organizaciones ecologistas y sociales que han venido denunciando, de que en el banquillo de los acusados, no se han sentado los responsables políticos del tiempo en que ocurrió la magna tragedia del Prestige que tiñó de un espeso luto de negro chapapote, costas y playas de nuestra hermosa Galicia, generando contaminación y muerte de especies por doquier, con las consecuentes repercusiones económicas negativas para los que siempre pagan el pato, debido a las incompetencias y multitud de ineptitudes de esos otros que además de no pagar nada, siempre se salen de “rositas” en nuestra tan “ejemplar” y “modélica” democracia (¿). Entre los grandes ausentes en el macrojuicio, no estaba el exministro de Fomento de entonces, Francisco Álvarez Cascos, o el propio Mariano Rajoy, que recordemos por aquellas fechas de la tragedia, ejercía como Vicepresidente del Gobierno. El propio juez del caso, reconoció en su día que, “faltaban muchos implicados”. Ante tal declaración, uno sólo puede decir aquello de: “Apaga y vámonos”.
La indigerible sentencia emitida, aun pese a su indigestibilidad, relata sin atisbos de pudor, el que reconoce los graves daños que sufrieron nuestras costas, dado que a las mismas se vertieron 63.000 toneladas de fuel de la peor calidad y del más dañino, que ocasionaron170.000 residuos tóxicos, a lo largo de unos 2.900 kilómetros de costa y con unas 1.117 playas afectadas. Eso fue lo que ocasionaron aquellos celebres, “hilillos de plastilina” que salían del casco del Prestige. ¿Lo recuerdan? Pese a todo ello, los sesudos autores de tan insólita y peculiar sentencia, nos aseguran que, “no existe responsabilidad penal”, puesto que “nadie sabe exactamente la causa de la avería”, y para colmo en otra de sus conclusiones sigue: “la dificultad de atribuir responsabilidades precisas y la imposibilidad de investigar en detalle algunas cuestiones”, pero eso si, considera probado que hubo un fallo estructural en el petrolero, por un “mantenimiento deficiente”. “La empresa propietaria del barco sabía que sus condiciones no eran las adecuadas pero lo oculto”. Eso ha sido lo que ha dicho el magistrado durante la lectura del fallo, y siendo así, la pregunta entonces es: ¿Por qué entonces no se condena a la empresa en cuestión y se pagan los daños causados, como sería precisamente de justicia; o es que precisamente de lo que se trata es de no hacer justicia? Pregunto.
Este fallo judicial, ha llegado precisamente en el 11 aniversario de la tragedia, y es todo un jarro de agua fría, para una Galicia que una vez más en su historia, no es en absoluto merecedora de tanta injusticia.
Eduardo A. Domínguez Vilar
Obispo Sufragáneo
Diócesis Iberoamericana de la A.O.C.